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¿Qué indica nuestra sangre cuando llega la menstruación?

Nuestro día a día está rodeado de millones de cambios, avanzamos a veces sin percatarnos de que cada minuto transcurrido es un incierto. La naturaleza misma cambia cada segundo, una semilla germina, una flor emerge o un fruto cae de su árbol. Así mismo, nuestro cuerpo que hace parte importante de la naturaleza, es un mundo de posibilidades que creemos controlar sin siquiera saber escuchar las señales que nos envía.

Con el inicio de la menstruación, las adolescentes empiezan una etapa significativa. Todos los meses su cuerpo se prepara para un posible embarazo, en el caso de que no ocurra, aparece el sangrado debido al desprendimiento del tejido endometrial del útero. A lo largo de este proceso esa sangre presenta tonos variados que debemos conocer para estar pendientes de lo que pasa con nuestro periodo y con nuestra salud.

En los primeros días de la menstruación puede presentarse un color rojo claro, esto a causa de una combinación de los días de flujo y la sangre en sí. Sin embargo, suele darse como un manchado leve. El color rojo intenso en la menstruación pasaría a ser la segunda fase y aumenta desde el segundo y tercer día. Luego viene el color rojo oscuro, casi marrón, que puede llegar a tornarse un poco espeso debido a que la sangre se oxida por el tiempo en el que tarda en salir de tu cuerpo.

La menstruación en las mujeres es sinónimo de salud, de que nuestro cuerpo está haciendo un proceso de depuración natural, por eso mismo debemos estar pendientes de esos colores en nuestra sangre y así mismo tomar cartas en el asunto en el caso de ver algo fuera de lo común.

El color rosa claro en la sangre y a veces una textura muy líquida puede presentarse fuera de los días del periodo, usualmente durante la ovulación y tiene este color al mezclarse con el flujo cervical.

Los cambios de colores de la sangre en la menstruación son normales, pero hay que estar atentas al cambio de volumen, a su consistencia, olor y dolores que puede llegar a presentar. Es importante que no saquemos conclusiones a la ligera y visitemos regularmente a nuestro ginecólogo.

Al cuidar de nuestro período recordemos que somos naturaleza andante, tenemos semillas, flores y frutos. No hay que permitir que nada se marchite, hay que mantener vivos los colores, rociar los pétalos y consentir nuestros poros.


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